20/12/2021
Llegó a la Casa Rosada al filo del mediodía y, minutos antes de las 20, partió en helicóptero y la abandonó para siempre
“Vení, sacame la foto que me tenés que sacar”. Faltaban tres minutos para que aterrizara el helicóptero, pero Fernando de la Rúa quería cumplir un último deseo al frente de la Presidencia de la Nación.
Sus pertenencias ya estaban embaladas. La carta de renuncia estaba lista para ser enviada al Congreso y circular en los medios. El televisor, luego de exhibir durante todo el día escenas de caos y descontrol, había sido apagado.
El mandatario se acercó entonces a Víctor Bugge, fotógrafo presidencial, y le pidió un último retrato en su despacho. El reportero gráfico oficial de la Presidencia disparó e inmortalizó el momento. Recién después De la Rúa estuvo listo para subir al techo de la Casa Rosada. Sintió el viento en su cabeza y subió hacia un vuelo sin retorno. Eran las 19.52 del jueves 20 de diciembre de 2001.
Abatido, el Presidente colgó, dirigió la vista hacia el televisor y escuchó la voz de Humberto Roggero, presidente del bloque justicialista en Diputados: negaba cualquier posibilidad de un cogobierno y anunciaba un juicio político para De la Rúa.
Ahí sintió definitivamente que ya no había vuelta atrás y les comunicó a sus funcionarios acompañantes que estaba listo para irse. Hubo lágrimas entre los ministros presentes y algunos empleados de la Casa Rosada. Enseguida se sucedieron la carta, los autógrafos, la última foto y el adiós.