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26/10/2021

Cambio climático: cómo la humanidad salvó la capa de ozono (y qué lecciones nos deja para la lucha contra el calentamiento global)

En 1985, el mundo enfrentaba una gran crisis ambiental.

Después de años de estudios, los científicos alertaron de que la capa de ozono —la zona de la estratosfera que absorbe entre el 97 y el 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia— estaba "adelgazando" y corría el peligro de desaparecer. La respuesta fue de alarma mundial, pero también de una serie de acciones sin precedentes en la historia.


Gobiernos, científicos, líderes mundiales y compañías trabajaron en un acuerdo común para prohibir los clorofluorocarbonos (CFC), las sustancias químicas que estaban debilitando ese manto que se extiende de los 15 km a los 50 km de altitud y reúne el 90 % del ozono presente en la atmósfera.

Desde su entrada en vigor el 1 de enero de 1989, las emisiones de CFC han caído a niveles mínimos.


En 2018, la NASA dijo que la cantidad de químicos que destruyen la capa de ozono estaban disminuyendo y que esta estaba camino a recuperarse.

¿Cómo fue posible semejante éxito? Y lo más importante: ¿se puede lograr un acuerdo similar para frenar el cambio climático?

Un agujero en la capa de ozono suponía millones de casos de cáncer de piel.


"La principal razón por la que el Protocolo de Montreal es considerado un éxito es porque ha logrado reducir la emisión de los gases que en algún momento conocimos como reductores de la capa de ozono", le explica a BBC Mundo Carlos Méndez, vicepresidente en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC).


"Lo interesante es cómo cientos de naciones involucradas en el protocolo llegaron a hacer realmente efectiva la implementación de un acuerdo que le convenía a todo el mundo", recalca Méndez.


Sin embargo, el proceso para salvar la capa de ozono no fue un camino de rosas. Desde que los científicos descubrieran que los CFC agotaban a la capa de ozono en 1974, hubo mucha reticencia por parte de los fabricantes y los grupos de la industria química.

¿Qué podemos aprender de la historia del Protocolo de Montreal?


Evidencia científica

En 1973, el químico mexicano Mario Molina se unió al grupo de trabajo del profesor Frank Sherwood Rowland en la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos. La línea de investigación que Molina escogió fue el impacto de los CFC, unos químicos que se estaban acumulando en la atmósfera, pero de los que se creía no tenían efectos significativos sobre el medioambiente.


Al principio, la indagación no parecía ser particularmente interesante. Molina se centró en qué podría destruir los CFC de la atmósfera, pero nada parecía afectarlos. Hasta que se encontró con que los rayos ultravioletas provenientes del sol podían descomponer los CFC, liberando cloro ydesatando una reacción química que destruiría el ozono presente en la atmósfera.


De debilitarse la capa de ozono, los rayos ultravioletas llegarían a la superficie de la Tierra sin ningún tipo de filtro, multiplicando los casos de cáncer de piel, problemas oculares y daños irreversibles al medioambiente. Fuente: (BBC Mundo)