Hoy cumpliría años Rodrigo Bueno: la carrera y ascenso del cantante que elevó el cuarteto a nivel nacional

Momentos de su vida quedaron grabados en la memoria de sus fanáticos como su carrera musical, su amor por el fútbol y su viaje a Cuba para conocer a Diego Maradona.

Hijo de Eduardo Pichín Bueno, productor musical, y de Beatriz Olave, compositora, El Potro, confeso hincha de Belgrano, se había convertido en el embajador de la música cordobesa en Buenos Aires, donde la música tropical empezaba a pisar fuerte en los jóvenes de clase media.

Con 27 años y valiéndose de un gran esfuerzo musical, tocó el cielo con las manos gracias al carisma y la humildad que desplegaba entre la gente, sumado a las participaciones mediáticas en los programas de chimentos y ni que hablar de sus fugaces romances.

En primer lugar se encuentra Pato, como la conocen todos, es la madre de Ramiro, el único hijo del cantante. Cuando se conocieron en 1996, él tenía 23 años y ella 20. A los pocos meses de comenzar la relación, Patricia quedó embarazada. Rodrigo fue tomando cada vez más popularidad y con la fama fueron apareciendo en su vida otras mujeres.

En segundo lugar, uno de los amores más intensos fue con Marixa Balli, donde se conocieron en 1992, cuando la vedette era furor en la farándula. Rodrigo la eligió para protagonizar el videoclip de su canción “La chica del ascensor”. Juntos vivieron tres años de noviazgo formal y varios posteriores encuentros apasionados.

En tercer lugar, uno de los más fugaces fue con Graciela Alfano en una producción de fotos para la revista Gente. La actriz y el músico pegaron buena onda de entrada. Las fotos que acompañaron la nota fueron muy sugerentes con la rubia en ropa interior. Al terminar la producción, el Potro la besó en la boca y ambos se invitaron a presenciar sus shows. Nadie supo cómo siguió aquella historia, pero lo cierto es que años más tarde, Alfano habló del romance.

En cuarto lugar, al momento su muerte, Rodrigo estaba en pareja con Alejandra Romero, una cantante que conoció en una de sus rupturas con Patricia Pacheco. Con ella compartió los viajes de sus últimos tiempos y la gloria que alcanzó en la cima de su carrera. También cantaron juntos en el Luna Park.

Si bien su música trascendió varias fronteras, su mayor conquista es la de seguir latente en los corazones de gran parte de los argentinos, e incluso en los principales estadios de fútbol, en especial el Gigante de Alberdi de Belgrano.