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14/06/2023

Robledo Puch no podrá salir de la cárcel

Es el preso más antiguo del país: lleva 51 años tras las rejas

Carlos Eduardo Robledo Puch, el múltiple asesino que lleva 51 años en la cárcel, seguirá en prisión y no accederá ni a la libertad condicional ni a una prisión domiciliaria. La resolución de 36 páginas del juez Oscar Quintana parece una auténtica novela. En nombre del preso más antiguo del país se presentó un abogado particular, Jorge Alfonso, y una mujer que sería la garantía, Gregoria Figueroa, pero Robledo Puch habló mal de ambos, dijo que desconfía de ellos, y que le quieren sacar el dinero que heredó de su familia.

 Pero más que lo que dijo Robledo Puch, en la consideración del juez entraron los dictámenes de los peritos. Un estudio psiquiátrico sostuvo que Robledo Puch tiene comportamientos psicopáticos y en una entrevista que le hizo el secretario del juzgado Bernardo Hermida Lozano, tuvo brotes de ira.

Desde hace años se habla de que Robledo Puch está a un paso de recuperar la libertad. Preso desde 1972, el múltiple homicida tiene ahora 71 años y está alojado en la Unidad 26 del Servicio Penitenciario, en Olmos, un lugar de régimen semi-abierto, con habitaciones sin rejas. Los internos son casi todos mayores de 50 años. En 1980, Robledo fue condenado por diez homicidios, violaciones y robos. El sigue sosteniendo que es inocente y, en consecuencia, no muestra arrepentimiento alguno.

El juez Quintana dio órdenes a fines de 2022 de preparar a Robledo para un egreso, pero todos los informes lo llevaron a dar marcha atrás. Por ejemplo, el detenido no acepta la medicación psiquiátrica, también resiste a los tratamientos médicos por algunas de las dolencias menores que tiene y no estudia ni trabaja desde 1992.

En su fallo, el magistrado cuestiona la ofensiva por llevar a Robledo Puch, primero a una especie de geriátrico y luego a un domicilio, en ambos casos de la ciudad de San Nicolás.

El geriátrico estaba en precarias condiciones, sin habilitación definitiva, con un médico que visita el lugar sólo una vez por semana y muy pocas condiciones para alojar a alguien. Se argumentó que el hogar contaba con la asistencia espiritual de un sacerdote quien, entrevistado, negó todo vínculo.

Peores todavía fueron los informes sobre el domicilio que ponía a disposición la supuesta garante, Gregoria Figueroa. Ella y su hija dijeron que se comunicaron con Robledo Puch a raíz de que las dos estuvieran presas en causas por ventas de drogas, en un caso, con el agravante de la tenencia de un arma. Figueroa sostuvo que la causa fue fraudulenta, armada.

De todas maneras, el propio Robledo Puch dijo que la mujer y su hija nunca lo fueron a visitar, que no las conoce y que se quieren quedar con su dinero.