29/04/2025
Se trata de Fernando Villarejo, jefe de la terapia intensiva de la Clínica Olivos, quien atendió al Diez tras la cirugía en la cabeza. “Lo hice en total desacuerdo”, aseguró
Los días en los que Maradona estuvo internado en la Clínica Olivos tras su operación de cabeza fueron una suerte de presagio de lo que ocurriría semanas después en la internación domiciliaria de Tigre, donde murió el 25 de noviembre de 2020 rodeado de médicos que estaban encargados de su cuidado y recuperación de la cirugía.
En el sanatorio de Vicente López, tanto el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov -ahora imputados por la muerte del Diego- ya habían tomado algunas decisiones cuestionables sobre la salud del Diez. “Me pedían sedarlo”, declaró este martes un médico que se presentó como testigo en el juicio.
Se trata de Fernando Villarejo, jefe de la terapia intensiva de la Clínica Olivos, quien estuvo a cargo de Maradona en las horas posteriores a su operación de cabeza. Según recordó el profesional, en ese momento el astro del fútbol estaba inquieto, se quería ir a su casa y por momentos era “inmanejable”.
La situación alteraba a Luque y Cosachov, quienes tuvieron una reunión con el testigo en la institución donde le admitieron que la verdadera preocupación de ambos era que Maradona “era un paciente difícil de manejar desde el punto de vista conductual, por alguna abstinencia” y le pidieron colaboración.