13/01/2025
Yoselín Rojas y Jaime Cornelio Pérez pidieron que la presunta asesina se quede en la sala para tenerla cara a cara. La acusaron de llevarse sin explicaciones a su hija, Angeline, y ubicaron el momento de la descompensación justo después de que la recién nacida estuvo a solas con ella
Cada padre del Hospital Materno Neonatal de Córdoba que está pidiendo Justicia transita el dolor a su manera. En el quinto día del juicio por la muerte de cinco bebés y el presunto intento de homicidio de otros ocho, los papás de la niña Angeline Giselle Cornelio Rojas exigieron que la principal acusada por el ataque serial, la enfermera Brenda Agüero, esté frente a ellos mientras brindaban sus declaraciones testimoniales. En su paso ante el tribunal y el jurado popular, ambos la incriminaron directamente por la pérdida de su hija.
Yoselín Rojas dio a luz el 6 de junio a las 10:44. Angeline nació “sana, a término, en peso adecuado a la edad gestacional, sin signos de sufrimiento fetal, sin malformaciones, con ausencia de lesiones”, según consta en la instrucción de la causa.
El relato que brindó la madre de la bebé fallecida se mantuvo en línea con lo que ya había contado durante la investigación. Dijo que la enfermera Brenda Agüero “los miraba raro desde que llegó a la sala de recuperación”, tanto a ella como a su pareja, Jaime Cornelio Pérez.
Recordó que “sin ninguna explicación” retiró a la bebé de los brazos del padre. “Se la lleva y a los cinco minutos regresa, pero sin mi hija”.
Según su reconstrucción, que luego fue revalidada por el padre de la bebé, 15 minutos después les avisaron que Angeline había sufrido un paro cardiorrespiratorio. Y recordaron que los médicos calificaron como “inexplicable” lo que había pasado con la recién nacida. La hora de muerte se plasmó a las 16:30 del mismo día.